EL PASEO
Por Saúl García
Por lo que se sabe, parece que la valía de Espinosa en la organización criminal para extorsionar a empresarios residía más en sus relaciones que en sus competencias
En el año 2010, cuando uno de los detenidos en la operación Jable dijo que sabía que le iban a detener porque a la exalcaldesa Isabel Déniz se lo había dicho un coronel de la Guardia Civil, se investigó a Francisco Espinosa, que era el máximo responsable de la Guardia Civil en la provincia de Las Palmas. Debía tener muy claro el hombre que no iba a prosperar la investigación porque fue él mismo el que se dirigió al Juzgado para informar de que esa situación, como investigado, le estaba perjudicando porque le tocaba ya su acenso a general, y habían ascendido ya otros dos compañeros antes que él. Se quejaba de que se le estaba produciendo un perjuicio “grande e irreparable” profesionalmente y “en su honor”.
Hace trece años ya llamaban la atención las relaciones de Espinosa con un primo de la alcaldesa de Arrecife que hacía una gran cantidad de obras en los cuarteles e incluso que el general usara un Porsche Cayenne azul que era de ese empresario. A pesar de eso y de la sospecha del chivatazo lo ascendieron a general.
Hoy está en prisión. Por lo que se sabe, parece que la valía de Espinosa en la organización criminal para extorsionar a empresarios residía más en sus relaciones que en sus competencias. Ni adjudica nada, ni informa, y es poco probable que pudiera influir en que se retirasen multas o denuncias. Y si fuera así, debería haber más compañeros detenidos.
De lo que parece que presumía el general es de tratar y conocer a grandes empresarios de la provincia. Algunos duermen tranquilos, y con razón. Y también, cuando aún estaba en activo, recibía a algunos empresarios en la Dirección General de la Guardia Civil, para impresionar.
Esto de que los grandes empresarios de una provincia tengan familiaridad con el jefe de la Guardia Civil retrata lo de siempre: un país de instituciones y débiles y lazos fuertes (con el poderoso). Pero lo que es para nota es que aún haya empresarios que basen su modelo de negocio en ir a un prostíbulo con un diputado y esperar a que un general hable bien de ellos. Y que les funcione.
Comentarios
1 Anónimo Lun, 20/02/2023 - 13:19
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