Open Arms ha estado en Canarias mostrando a los escolares el trabajo que llevan a cabo: rescatar a personas en el mar, y de paso recordando al líder de Vox, Santiago Abascal, lo que ya le recordó hace años el almirante jefe de Estado Mayor de la Armada, Teodoro López Calderón, ante le petición de Vox de aplicar un bloqueo naval en Canarias: que la obligación legal y moral de un buque de guerra en caso de encontrar una patera sería el rescate de sus ocupantes.

Vox sigue empeñada en crear una realidad, más que en afrontarla, no solo con la cuestión migratoria sino con todas. Son como el vecino que se indigna ante cualquier cosa que le molesta pero que es incapaz de formular una solución viable que no signifique una solución parcial: buena para algunos, mala para casi todos. Cuando se apaga el insulto, queda lo que son: un silencio simple ante problemas complejos.

Llama la atención que Abascal pase una mañana en Lanzarote y tenga la cara dura de decir a los lanzaroteños, o a los canarios en general, qué es lo que más les preocupa. A falta de propuestas viables, solo le queda la puesta en escena: proclamas llamativas pero inaplicables y la búsqueda de espacio mediático. Si Open Armas da una rueda de prensa, le contesto.   

En la realidad virtual en la que quieren instalarnos, siguen insistiendo en propuestas imposibles: “Confiscaremos y hundiremos los barcos de los nuevos negreros y también devolveremos la voz robada a los españoles para que decir la verdad no esté prohibido”, dijo Abascal. ¿Cómo va  estar prohibido decir la verdad si puede mentir impunemente?