EL PASEO
Por Saúl García
Hoy es la tasa verde pero mañana será otra cosa. Va a ser así. El transporte aéreo va a ser más caro. Van a venir menos turistas y, probablemente menos mercancías o más caras, o ambas cosas
A las patronales canarias no les gusta la tasa verde. Dicen que si se gravan los vuelos hacia o desde Canarias, vendrán menos turistas y será un desastre de dimensiones incalculables. Esto último lo dicen de otra manera, porque probablemente las dimensiones se puedan calcular. En euros, concretamente.
La tasa verde es un impuesto al combustible de los aviones que pone al Comisión Europea a partir de 2030. Las regiones ultraperiféricas, entre las que está Canarias, han conseguido que no se aplique a los vuelos entre estas regiones y los estados a los que pertenecen. El presidente del Gobierno de Canarias ha mostrado su satisfacción por el logro pero dice que quiere más: que la exención, como piden las patronales, sea también para los vuelos internacionales y hasta 2030.
Canarias es la segunda región con más paro de Europa y la primera en pobreza severa de España. Y ha llegado a serlo con este modelo que hay que defender a capa y espada. Si no fuera porque se trata de ganar dinero, parece que solo se quiere ganar tiempo.
Hoy es la tasa verde pero mañana será otra cosa. Va a ser así. El transporte aéreo va a ser más caro. Van a venir menos turistas y, probablemente menos mercancías o más caras, o ambas cosas. El combustible va a ser más escaso y más caro.
Dicen los empresarios que la de Canarias es una excepción justificada. Siempre que se pide dinero se alude a especificidades o singularidades. Y en este caso, como en otras excepciones, se trata de pedir dinero. Si no lo pagan las compañías o los turistas, alguien lo pagará.
Pero esta vez, no se asusten, que hay alternativas. La consejería de Turismo ha anunciado que va a estudiar cómo “amortiguar, y absorber y compensar” la huella de carbono del tráfico aéreo del turista o viajero que vuela a las islas. Aún no han tenido tiempo de estudiarlo. Los empresarios sí que han hecho los deberes y proponen las siguientes medidas para compensar esa huella de carbono.
Son tres: iniciativas de economía circular, en las cuales a partir de un residuo orgánico se genera un compost para la producción ecológica de frutas y verduras que posteriormente se introducen en el circuito turístico; reutilización de la salmuera proveniente de los procesos de desalación de agua en la producción de verduras en huertos sostenibles en los propios establecimientos hoteleros y planes de movilidad en el transporte terrestre, que incluyen el cambio en la flota de vehículos para que sean más ecoeficientes o la incorporación progresiva de vehículos eléctrico.
Compost, salmuera y coche eléctrico. Con esto yo creo que ya estamos preparados para poder hacer una nueva carretera, inaugurar otro hotel en Playa Blanca, urbanizar el puertito de Adeje o construir un circuito de rallys en Tenerife y ¿por qué no?, otro en Lanzarote. Lo que se viene llamando desarrollo sostenible.
Añadir nuevo comentario