El mejor aliado del presidente del Cabildo de Lanzarote, Pedro San Ginés, no es el PIL, que es el único partido que le apoya de forma ininterrumpida desde las últimas elecciones; ni el consejero de Nueva Canarias Juan Manuel Sosa, que le apoya sin condiciones; ni sus múltiples asesores o profesionales independientes, que a quien apoyan es al poder y a su supervivencia; ni Podemos, que no ha firmado una posible moción de censura; ni el Grupo Lancelot y su propietario, que lo quieren con locura (por separado). Ni siquiera el más evidente, el Partido Popular, que no es que no se acuerde de cuando su presidenta Astrid Pérez dijo en 2012 que San Ginés gobernaba “como en una dictadura” sino que también se ha olvidado de que en agosto, la actual vicepresidenta Saray Rodríguez dijo que su “pésima, manirrota y profundamente partidista gestión (...) del cortijo particular que mantiene con dinero público” había costado 56 millones de euros a los ciudadanos. Pues no, no es ninguno de estos. Hasta ahora el que nunca le ha fallado, en quien siempre se apoya, su mejor aliado... es el power point.
Cuando las cosas van mal (y él vive en el alambre) recurre al power point. Si firma un contrato, power point, si termina el año, power point, si hace balance, pues también, si presenta un plan de inversiones, power point, si presenta el mismo plan al año siguiente, pues otro power point, si cumple ocho años de gobierno, más power point, que cierra un pacto, pues toma power point. En el Far West, a pesar de cómo se denominó a sí mismo, San Ginés no sería el cantinero. Tiene facultades evidentes para ser sheriff o cuatrero, aunque en ambos casos duraría poco porque tiene el gatillo fácil. Pero le iría mejor, sin duda, con una versión pretecnológica del power point, como vendedor de crecepelo, porque pone más empeño en vender su producto que en hacer que funcione.
En esas presentaciones (en power point) San Ginés presenta siempre un catálogo de inversiones, partidas presupuestarias, obras y más obras, cosas hechas y muchas por hacer, unas con dinero del Cabildo y otras del Gobierno. Lo peor que le puede pasar a un vendedor de crecepelo es la mala publicidad, que alguien advierta que el pelo no crece. Por eso le molesta tanto la prensa, porque el crecepelo funciona o no funciona. No hay término medio. Y para el presidente es igual. Las cosas no se interpretan: él dice la verdad y quien dice otra cosa miente.
El último producto que vende San Ginés, su último power point, es “Arrecife merece más”. Ni el título es original, porque es una consigna utilizada por la asociación Arrecife Zona Centro desde el mes de octubre. Este es uno de los casos en que uno se da cuenta de que estaba equivocado cuando pensaba que la capacidad de asombro ante la caradura de algunos gobernantes estaba agotada. Siempre queda hueco. Y para entenderlo mejor, retrocedamos.
San Ginés necesitaba que el PP le diera su apoyo en el Cabildo, pero el PP le exige que CC apoye una moción de censura en Arrecife. Es algo que no depende sólo de ambos, así que a lo más que puede llegar CC es a que sus concejales abandonen el grupo de gobierno. Pero hay que buscarles acomodo porque la vocación y el compromiso con la ciudad tienen un límite. De los cinco, una se queda fuera (al menos de momento), otro se queda en Arrecife, una en el Gobierno y dos más enchufados en el Cabildo. El descaro es impresionante, pero aquí llega la habilidad del vendedor de crecepelo cuando ya está de vuelta y visita el mismo pueblo por segunda vez y aparecen los compradores aún más calvos (y con menos dinero), y les dice que hay que aplicar el producto más fuerte, más veces o en frío o en verano. Y acaban comprando otro frasquito.
Como no han podido hacer la moción de censura y han tenido que enchufar a los concejales, San Ginés, y de paso su socio, presentan un power point con nueve inversiones, como si la situación de Arrecife se solucionara con unas cuantas obras, que además ya estaban previstas y que no se van a hacer antes de las próximas elecciones.
Hay que tener mucho morro para anunciar el Museo arqueológico, en una casa que compró hace cuatro años y medio y en la que no se han abierto ni las naves laterales que llevan cuatro años de retraso. Anuncian inversiones del Gobierno, como el Palacio de Congresos, anunciado hace diez años, cien viviendas en Maneje (un brindis al sol), dos tramos de carril bici después de ser incapaz de hacer la vía ciclista, su proyecto estrella en 2011, tres millones para un proyecto en Argana, ahora que los vecinos se quejan, propuesto por una universidad alemana, la rehabilitación de los dos islotes: el del Francés, que el suelo no es suyo, y el de Fermina, que anunció que estaría listo en el primer trimestre de 2018. Todo eso, más el enésimo anuncio de la piscina olímpica, el vivero musical y una planta fotovoltaica en Maneje, que ya se han presentado en otros tantos planes de inversiones, lo mete en una coctelera y le sale un power point. Y lo mejor es la explicación: que ha tenido que enchufar a los dos concejales (él no lo llama así) porque necesita a gente que conozca bien Arrecife para llevar esto a cabo.
Pero ustedes lo saben mejor que yo: la culpa de que se sigan vendiendo crecepelos es de la gente que los compra, una y otra vez, por si alguna vez funciona.
Comentarios
1 Brillante Lun, 08/01/2018 - 11:13
2 Lorena Lun, 08/01/2018 - 14:09
3 Torpedo Lun, 08/01/2018 - 17:20
4 Porteño Lun, 08/01/2018 - 20:53
5 Anónimo Mar, 09/01/2018 - 10:21
6 Pufete Mié, 10/01/2018 - 16:34
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