La Comisión de fiestas de Los Valles ya lo intentó el año pasado, pero el pregón estaba fijado a una hora incompatible con los horarios de un recluso en segundo grado. El tercer grado, por suerte, ya permite más flexibilidad y este año podrán tener a Dimas Martín como pregonero de las fiestas de San Antonio.

Por si había alguna duda después de ocho condenas, en el tiempo que ha pasado entre la preparación de las fiestas del año pasado y las de este, a Dimas le ha caído otra condena: la novena, acompañada en este caso por una novedad. Por primera vez, Dimas Martín reconoció los hechos por los que se le acusaba.

Aunque no dio muchos detalles, admitió que había cobrado 72.000 euros de una comisión ilegal. Ya fuera para evitar una condena mayor, a sus años, o para llegar a un acuerdo con Fiscalía y evitar una condena a su mujer, que estaba acusada como partícipe a título lucrativo, o incluso para vengarse de María Isabel Déniz, el caso es que ese reconocimiento es un avance.

En los últimos años, con varias condenas ya a sus espaldas, insistía en su inocencia por carta, ante un tribunal o en los medios de comunicación que aún consideran que su palabra tiene algún valor. Llegó a decir que nunca había cobrado una comisión, que no había hecho de intermediario en operaciones urbanísticas, que él no era el jefe del PIL, que no mandaba nada y que en su casa, la misma que estaba, o está, a nombre de Juan Francisco Rosa, no hay ni una bombilla pagada con dinero público.

A Dimas lo han condenado por pedir dinero para no derribar una edificación, por oponerse a que tiraran el bañadero de Guatiza, por malversar más de dos millones de una subvención dirigida al Complejo Agroindustrial de Teguise, por comprar el voto de un concejal de Arrecife, por construir unos baños en Los Dolores, por contratar a Rodríguez Batllori para asuntos particulares con dinero de Arrecife y de Inalsa, por ampliar una casa en suelo rústico en Yaiza, por ser el jefe de una asociación ilícita dedicada a exigir comisiones y por recibir comisiones por el contrasto de basura. Y de las que se ha librado.

Hace solo siete años, como no abonaba las responsabilidad civil millonaria a la que tenía que hacer frente, la Fiscalía dijo sobre él que su escalada delictiva “no se ve atemperada por la estancias sucesivas en prisión sino que resulta patente la nula incidencia e intimidación que ha tenido sobre el interno el cumplimiento de las condenas”.

En estos tiempos que algunos dicen que la cancelación está a la orden del día, hay personajes públicos que no han sido ni siquiera condenados para quienes se pide el ostracismo por sus declaraciones o por una mera acusación. La sociedad cambia y no admite algunos comportamientos inapropiados. Dimas tiene suerte: lamentablemente siempre habrá alguien dispuesto a sentir orgullo de su propia sumisión.