Lo de Jameos del Agua es un despropósito en toda regla. Supongo que saben que es un sitio  que tiene alguna cualidad más allá de que es un centro de trabajo donde se cobra la entrada,  se hace caja y hay un restaurante y una cafetería. Vamos, que no es sólo un sitio para sacar dinero.

Lo saben, porque son ustedes unos lectores competentes, pero no está tan claro que lo sepa quien lo tiene que saber. Jameos del Agua es culpable, en gran parte, del nacimiento de una industria turística en Lanzarote, del prestigio de la Isla (si se diera el caso), de la imagen que transmite al exterior (no me refiero a las fotos sino al imaginario colectivo que asocia Lanzarote con la Naturaleza, belleza, paz, etc...). Es una de las obras más destacadas en el mundo en la línea de Arte y Naturaleza y es el hábitat de 38 especies únicas.

Dice el biólogo Alejandro Martínez, que ha estudiado su fauna, que “los lanzaroteños deberían sentir orgullo porque la laguna es un detalle maravilloso único en el mundo que se ha conservado sin meterlo en una urna". Además de esto alberga la Casa de los Volcanes (aunque no lo parezca) y tiene un auditorio cerrado desde hace diez años.

Y sí, también te puedes tomar una caña y hacerte una foto junto a una palmera y un agua cristalina y mandársela a tus compañeros de trabajo. Y desde hace unos meses, todos los sábados se puede ver tocar (y sobre todo escuchar) al Toñín Corujo Quartet (recomendación del autor del blog: espacio no patrocinado). En fin, que es un lugar para cuidar con mimo y diligencia.

Un problema menor, como fue algún pequeño desprendimiento (que siempre había habido) en el auditorio ha acabado por convertirse en un problemón, aunque no para todos. Ya se han invertido ahí más de ocho millones de euros, que, obviamente han ido a parar a los bolsillos de varias empresas. Es evidente que alguno se ha forrado haciendo obras y algún otro haciendo proyectos. Sólo el arreglo de los camerinos del auditorio y la instalación de un ascensor van a salir por casi 900.000 euros. Qué tiempos aquellos en que Jesús Soto inventó para ese mismo espacio un sistema con volquetes de camiones para subir y bajar la pantalla de cine, a coste mínimo. Y lo peor de todo es que cuando esté preparado para abrirse a lo mejor ni saben qué hacer con ello.

Hace cuatro años se contrató a una empresa para que hiciera un agujero para meter el montacargas. Se supone que se necesitaba una empresa especializada que dispusiera de maquinaria para hacer un agujero de unas dimensiones determinadas  para destrozar la menor cantidad de lava posible. Es obvio que la empresa a la que se encargó ese trabajo no tenía esa maquinaria (o no quiso tenerla) y que otra vez se debió elegir a la oferta más barata y no a la mejor.

El hecho es que las obras han estado paralizadas durante cuatro años porque se hizo un agujero que no debía hacerse y por la falta de respuesta de los Centros Turísticos y del Cabildo. Ahora, como es normal, se va a reparar ese agujero pero a nadie se le ha ocurrido exigirle responsabilidades a la empresa que lo hizo. Es más, se intenta justificar a la empresa y a la dirección de obra.

Lo mínimo que se podría pedir es que el Cabildo se ahorrara los 80.000 euros que va a poner para terminar la obra. Y no estaría mal que aclarara, que garantizara documentalmente, que no se vendió la piedra volcánica que se sacó de ahí. Más que nada, dadas las dimensiones del agujero y el precio de ese tipo de piedra, para tener la seguridad de que el error no fue intencionado.