Lo del robo en el Ayuntamiento de Arrecife comienza a superar las previsiones del esperpento. No por el robo en sí, sino porque, contra todo pronóstico, en esta ocasión ha sido fuera del horario laboral.

No seré yo quien se sume a las elucubraciones sobre el propósito de los asaltantes: si fue por dinero, por material informático o por documentos, pero sí parece que quien entró conocía mejor los sistemas de seguridad (inexistentes) del Ayuntamiento que el personal del Ayuntamiento.

Dos días después del asalto, ni la concejal responsable ni el jefe de la Policía Local supieron decir siquiera si las dependencias tenían o no tenían un sistema de alarma. No si funciona o no, sino si está contratado o no está contratado. A ver si hay suerte y pillan a los ladrones para preguntarles y que nos lo aclaren, porque parece que algo sabían. O bien es que se dejaron llevar por las noticias sobre el Ayuntamiento y la facilidad para salir de allí con algo que no es tuyo. Uno pensaba, de todas formas, que el robo de 25 balas en una taquilla de un agente en el cuartelillo de la Policía Local hace diez años no se podía superar.

Si buscaban dinero, podían haber ido a cientos de sitios con mejores probabilidades de encontrarlo; si buscaban ordenadores, hay docenas de tiendas de informática (no es que quiera dar ideas) y si buscaban documentación de algún expediente podían haber ido al Juzgado que es donde han acabado todos los papeles del Ayuntamiento (y donde, por lo visto, ya tienen experiencia en la desaparición de papeles).

Perdonen el tono, pero es que el humor es el único método sano de afrontar un drama continuado. Ya saben, cuando el drama se pasa de rosca. Y en Arrecife, ya no se sabe si hace tiempo que se llegó a un punto de no retorno o está a punto de alcanzarlo. La cosa es tan grave que si hicieran un referéndum para privatizar el Ayuntamiento entero, la gente votaría en masa para que lo gestionara una consultora privada. Seguro que votaban a favor hasta los concejales, para ver si les contrataban. Sólo votaríamos en contra unos pocos vecinos y los trabajadores, y por motivos bien distintos.

P.D. Última hora: Se confirma que tras el robo no falta ningún concejal, porque los asaltantes sólo buscaban cosas de valor.

Perdón de nuevo por el chiste, pero es que es superior a mis fuerzas.