EL PASEO
Por Saúl García
Las listas y las alianzas se elaboran como las plantillas de los clubes de fútbol ricos: poca cantera y mucho fichaje
Parece que hay una confianza absoluta en la lealtad del votante lanzaroteño. No está claro que haya datos que lo avalen, pero es así. Se ve reflejado esto en el lenguaje informal, con análisis políticos de teleclub trasladados a la acción: “fulanito tiene tantos votos”, se dice. Si se trata de una votación dentro del propio partido, se cambia el verbo tiene por “controla”, que refleja mejor la realidad. Y el candidato en cuestión puede ‘tener’ esos votos porque goza de una familia muy extensa, por su anterior paso por algún cargo público, por su pertenencia a alguna asociación o colectivo, por anteriores resultados, por la cantidad de favores que haya podido hacer, por todo esto o vaya usted a a saber por qué.
Con esta confianza, y con otros elementos se elaboran las listas. Pero no solo las listas, sino también las alianzas, que no deja de ser una especie de negociación colectiva de las listas. Así se explica el nuevo acuerdo entre CC y la ASL de Montelongo, que sería depositario, según los últimos resultados, de 734 votos en Arrecife. Y así se teje la alianza entre UPY y Nueva Canarias. En este caso, los primeros podrían poner como aval los 1.400 votos que obtuvieron en Yaiza e incluso hasta los 3.000 que obtuvieron en toda la Isla gracias a su alianza con LAVA.
Claro que el número de votos nunca se traslada de forma automática. Hay otros factores que influyen, pero existe esa lógica de sumar los votos ajenos como si fueran propios, siempre y cando no se sea una fuerza de izquierdas, que cuando se trata de alianzas aplican otra lógica aplastante. Aplastante con ellos mismos.
La cuestión es que parece que quedaron atrás los tiempos de buscar un espacio ideológico, definirse, preparar propuestas… Las listas y las alianzas se elaboran como las plantillas de los clubes de fútbol ricos: poca cantera y mucho fichaje. Se hacen fichajes para robar votos al contrario, pero no está claro si ensanchan el espacio electoral. Es más cómodo a corto plazo pero más peligroso a largo plazo.
Estamos acostumbrados a un clientelismo, un voto cautivo y un cambalache electoral en el que parece normal que sea la mitad de la población con derecho a voto la que decida los gobiernos locales. En las últimas elecciones de 2019 se registró la mayor abstención de todas las elecciones locales y cabildicias: 46,8 por ciento y un 48,1. Si en mayo supera el 50, ¿seguiremos haciendo como que no pasa nada?
Comentarios
1 Ensayo sobre la... Lun, 20/03/2023 - 17:25
2 ¿ Y es política ? Lun, 20/03/2023 - 19:48
3 Anónimo Lun, 20/03/2023 - 23:11
4 Anónimo Sáb, 25/03/2023 - 09:18
5 BadObservation Dom, 26/03/2023 - 09:29
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