Carlos Meca

El museo submarino de la corrupción

El pasado 27 de septiembre, el diario La Provincia publicó una entrevista a Jason Taylor Decaires, el artista que hace moldes de personas y los sumerge en el mar, que causó cierto malestar en la isla por dos de sus comentarios. El primero de ellos, utilizado como titular de la entrevista, decía textualmente: “El museo submarino va a poner a la isla de Lanzarote en el mapa mundial”.

No es difícil imaginar por qué sentó mal esta afirmación. Lanzarote recibió el pasado año la friolera de 2.500.000 turistas (récord absoluto) y es uno de los principales destinos turísticos del país gracias a la combinación de clima, playas, bajos precios y unas peculiaridades propias que la distinguen del resto de destinos. Esto es así desde hace cuarenta años, fecha en la que, gracias a las intervenciones en el territorio y al espíritu combativo de César Manrique, Lanzarote apareció para quedarse en ese mapa mundial que ahora un artista con pretensiones parece haber descubierto para nosotros.

Jason Taylor Decaires se nos ha presentado como un defensor del medio ambiente, un ecologista del arte que ha sabido vender con habilidad su tarjeta de artista concienciado con la naturaleza y con el futuro del planeta. Por eso causó perplejidad que, en la entrevista de La Provincia, y al ser preguntado por las irregularidades urbanísticas que rodean al puerto deportivo Marina Rubicón, se limitase a contestar que no tenía conocimiento de la polémica que rodeó en su día (y sigue rodeando) la construcción del puerto que es, a día de hoy, la sede oficial de su museo. Tampoco consta que después de la entrevista se haya interesado mucho por el tema.

Quizá porque Lanzarote lleva mucho tiempo en el mapa, y en particular en el mapa de la lucha contra la corrupción urbanística, la especulación en nuestras costas y la defensa de la integridad territorial de la isla, sorprende que alguien pretenda hacerse pasar por defensor del medio ambiente pero no se haya preocupado en informarse de que su base de operaciones es el epicentro de la corrupción insular. De acuerdo, sorprende menos si tenemos en cuenta que el consejero delegado de los Centros Turísticos es familiar de los propietarios del puerto deportivo, pero en cualquier caso hubiese sido un detalle ético que Jason Taylor hubiese sabido que hace quince años esta isla estuvo en pie de guerra contra la destrucción de la zona del Berrugo que supuso la construcción del puerto. Estoy convencido de que si Decaires hubiese tenido conocimiento de que Marina Rubicón es un lugar odiado por los defensores del medio ambiente en la isla, jamás hubiese accedido a usar el puerto para su museo. Al menos, si realmente es alguien concienciado con la naturaleza y no un simple charlatán llegado a la isla de la mano de un estafador alemán.

Tras el malestar por estas dos perlas que nos brindó Decaires, permanece otro regusto amargo, quizá aun más intenso. Es el enfado que produce el hecho de que nuestro presidente permita que un artista inglés venga a decirnos que Lanzarote comenzará a ser algo gracias a su museo submarino. Creo que nos merecemos un presidente que defienda lo que esta isla es hoy gracias a sus habitantes, al esfuerzo y la creatividad de Manrique, y a la conciencia que sembró en miles de ciudadanos y ciudadanas de Lanzarote. Nos merecemos un presidente que esté orgulloso de lo que esta isla es hoy y deje a un lado esa actitud acomplejada y provinciana de “Bienvenido Mr. Marshall” que nos está avergonzando como pueblo.

En una isla donde tanto costó que nos sintiésemos orgullosos de nuestra tierra, este posicionamiento del presidente y de Coalición Canaria supone un insulto a la memoria colectiva y un retroceso de cuatro décadas en ese espíritu de identificación con los valores naturales y paisajísticos de la isla y su puesta en valor como lugar único en el mundo. “No tenemos que copiar a nadie, que vengan a copiarnos”, decía Manrique. Para eso hay que creer en Lanzarote y algunos tienen que hablar menos en los 25 de septiembre y aprender más a mirar esta isla con los ojos de enamorado con los que la miró César.

* Consejero de Podemos en el Cabildo de Lanzarote

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