Marcial Riverol

El diario nunca escrito sobre la obra de La Marina

Atribuyo este supuesto diario a una imaginaria autora del proyecto de La Marina, y me pongo en su piel para reflexionar y releer aquello que debo considerar para mis obras. Un diario como este podría escribirlo cualquier técnico que tenga atribuciones para intervenir en el espacio público. Diría así:

“15 de marzo de… Se me acaba de realizar un encargo y no es cualquier encargo, no es una  vivienda en la que me manejo con cierta solvencia a fuerza de escuchar las necesidades de los propietarios, ni es un hotel, del que conozco el repertorio de necesidades. Esta obra, de la que debo realizar el proyecto, me asusta un poco porque a pesar de mi  experiencia, aunque no sea dilatada, es un proyecto que afecta a los vecinos, a los viandantes, y a la imagen de una parte consolidada de la ciudad. La Marina es un espacio frágil desde el borde del litoral hasta los islotes, aunque el frente construido con sus distintas alturas, que ocultan el resto de la ciudad, no es lo más acertado, cuenta con unas condiciones para una intervención que potencie esta zona de paseo, insuficientemente utilizada.

1 de abril de… Hoy he recorrido La Marina, y me percato de que  no se genera una importante actividad comercial, pero es muy potente si creamos las condiciones para ello. El parque, que discurre por parte de esta zona de la ciudad, carece hoy de su antiguo encanto al perder parte de la masa verde de la que disfrutaba. La explicación no viene al caso. La ha perdido, y la sombra no resguarda a nadie, porque no hay. Es un parque muerto. Eso me hace pensar que efectivamente, los árboles algo tendrán que ver con el uso de los espacios. Pensaré en ello.

5 de abril de… La Marina contaba desde la Calle Real  hasta pasado el club náutico, donde el frente construido, con una hilera de grandes casuarinas, lo que llaman pinos marinos, plantados hace más de seis décadas (toda una vida y  una estampa dentro del imaginario colectivo). A día de hoy muchos han sido talados y al resto le espera la misma receta, pues así se me ha indicado. Tampoco analizaré las razones, más allá de que poca sombra proyectan,  pero poseen una poderosa imagen que suavizan las edificaciones. Entre colegas no deberíamos censurar las obras ajenas, pero casi lo más interesante de todo este frente quede circunscrito a varios antiguos inmuebles de carácter doméstico, y algunos más, que quedan como testimonio de otros tiempos. (A ver como hago para poner el foco sobre ellos…) .

4 de mayo de... Efectivamente tengo un encargo y un reto como redactora del proyecto. El encargo surge del Cabildo para que sea yo quien lo redacte, con una condición desde el Ayuntamiento, que desaparezcan los aparcamientos existentes para ganar acera para los peatones. Sé que no se  tiene muy claro si al finalizar la obra quedará limitada al transporte público y poco más o  se reabrirá a todo el tráfico rodado. Una locura, pero me concentraré en las aceras.

5 de mayo de… El reto está en cómo intervenir y mejorar la imagen anterior, densa, verde…, porque el mobiliario urbano de poco va a servir si no llega  a la calidad ambiental  anterior a la intervención, y con una ventaja a mi favor, por poco que haga, el quitar los aparcamientos ya es un éxito. Eso creo.

4 de junio de… No sé qué piensan los vecinos, ni qué demandan, y no voy a hacer una consulta puerta a puerta, al fin y al  cabo es “mi” proyecto. Debo confesar que lo tengo un poco atragantado, me llegan presiones para que ponga árboles y otras, de los vecinos de primera línea, para que no los ponga. Me vuelven loca. Que si no ven el mar, que si delante de su casa no… Los negocios tampoco quieren árboles (de alguno de ellos me han confesado que le echaban de todo a los anteriores llegando a cargárselos. ¡Qué burros!).

6 de junio de… Paso de todo, he encontrado en un catálogo unos bancos ideales que son como esculturas, y unas farolas a juego, así quito las anteriores de fundición, que no van con mi estilo ni con la impronta que le quiere dar una mujer de mi generación. Igual los bancos no sirven, pero cualifican tanto el espacio público…

1 de septiembre de… Ya volví de vacaciones, la verdad es que no he visto nada que me sirviera para este proyecto. Al final pondré unos pocos árboles lidiando con unos y  otros vecinos (a ver si  agrado a todos), y como va a cantar mucho pondré también un par de ellos delante de las dos magníficas casas antiguas (a ver si no se caen cualquier día) porque si no queda mucha distancia entre uno y otro. Total, si al crecer  las tapan, para el patrimonio que queda…

2 de septiembre de… He decidido que la zona final, por el club náutico, quede muy diáfana, como de diseño, así que unas palmeras exóticas por aquí,  y unos almendreros por allá,  para que haya mucha terraza y mucho bailoteo en carnaval.

1 de noviembre de… Hoy es día de todos los santos pero las ideas llegan cuando llegan. Para cada árbol haré una pequeña piscina, para que las raíces no salgan. Sé que en Playa Honda lo han hecho igual, pero a modo de zanja muy larga para que el desarrollo radicular se realice sin dañar los edificios ni la calzada. Total, para cuatro arbolitos que voy a poner, abarato. Como son pequeños, no habrá problemas (eso me han dicho). Bueno, y si planto algún árbol potente como tipuanas o jacarandas, de aquí a que creen problemas, ya hay que hacer una obra nueva (unos diez o quince años) .

2 de noviembre de… He decidido colocar dos especieros  a la entrada de la Calle Real. Es que me recuerda al campo, y a los sauces llorones. No es que dé mucha sombra, pero así los turistas encontrarán la calle cuando aparten las ramas ¡¡¡sorpresa!!!

Septiembre de 2016. La obra está terminada, es mi obra y no admito discusión. Ahora el Ayuntamiento, desde que la reciba que haga lo que quiera, yo creo que quedó mona”.

Efectivamente es un diario que si alguien lo escribió así, nunca debiera ver la luz.  Este diario imaginado es como nunca debiera ser el proceso de intervención en un espacio público: frívolo y ligero. Para mí que no habiendo sido así, el resultado es como si lo hubiera sido.

Comentarios

Pues igual fue así, y que pena no saber de dónde le salió la horterada de las piedras blancas. Cuando les da el sol, no hay quien las mire. Se debe creer que son las macetas de su casa.
Fuerte tostón mal redactado. Una majadería infumable.
Un tostón tan majadero, como impresentable la obra. Uno, retrata la otra, y una simulación de la talla de la reflexión sobre la misma.
Alguien se ha picado,¿el arquitecto?
Me encantan las estructuras descriptivas del sr. Riverol. Es un auténtico analista del acontecer de las acciones de los rebenques de lo público. Sigo sus comentarios desde hace tiempo y me asombra que alguien se atreva a poner negro sobre blanco lo que está ocurriendo, teniendo en cuenta que lo que dice es absolutamente evidente para todos en este nuestro Arrecife cutre sin ideas.

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