Esta historia comienza el día 4 de junio de 1998, cuando una ciudadana amparada en  su deseo de “realizar en suelo rústico la siguiente actividad: OBRA O INSTALACIÓN: RESTAURACIÓN DE VIVIENDA Y ALMACÉN: LUGAR: BARRANCO DEL OBISPO-LA GERIA. MUNICIPIO: YAIZA”, solicita que se le conceda la oportuna autorización previa a la licencia de obras. Comienza, con esta solicitud, una  larga andadura que ha culminado con la construcción y cierre de una bodega en el corazón de La Geria, en Lanzarote. Su  propietario, un conocido empresario local, de origen tinerfeño, parece ser el centro de una conspiración de grupos de presión que aspiran a controlar la vida insular, eso, según el grupo Lancelot y Don Francisco J. Chavanel, ambos vinculados al propietario de la bodega.

Puestos a desembrollar, habría que aclarar que lo que simula una sencilla solicitud de restauración de vivienda y almacén, no es tal, puesto que existiendo la vivienda, esta se demuele y se reconstruye con una nueva planta y mayor superficie. La rehabilitación del “almacén bodega subterráneo”, tal y como se expresa con posterioridad, nunca ha existido, por lo que la rehabilitación solicitada es un embuste gigantesco. Con ello pretende, y logra, consolidar una construcción subterránea de nueva planta, que la ley impide realizar, y que albergará las instalaciones para la producción y comercialización del vino de la empresa que gestiona la bodega Stratus. Todo se inicia, pues, de forma fraudulenta, con una falsa intención sobre un inmueble de carácter histórico, sumada a una gran mentira subterránea que ningún técnico comprobó, y, parcialmente situada en un suelo ajeno.

Sobre el cierre de la bodega, tan cacareado por Chavanel, justificado por la inexistencia de una depuradora de aguas residuales, de la que carecen la práctica totalidad de las bodegas y  viviendas de La Geria, no tengo más que darle la razón a quienes lo censuran, pues parece un motivo cogido por los pelos.

La supuesta injusticia, finaliza donde comienza este artículo, porque los defensores del promotor de la bodega utilizan sólo la información que es conveniente a los intereses de quien les paga, así tengan que comulgar con ruedas de molino, como es el caso. Vociferar, día sí y día también, en los medios de comunicación alegando un trato injusto y una persecución, a sabiendas de la responsabilidad contraída con la justicia por el empresario, ni avergüenza a sus actores,  ni pone límites a sus embustes. Es por ello por lo que conviene recordar, al final de este relato, que la “persecución” al empresario comienza mucho antes. 

ALGUNAS PERLAS SOBRE LA BODEGA STRATUS

 Las determinaciones del Plan Insular de Ordenación, y del Plan General de Ordenación de Yaiza, clasifican y categorizan el suelo donde se proyectaban las obras como Suelo Rústico de Protección Especial, imponiendo la necesaria conservación del paisaje agrícola tradicional de la zona y prohibiendo expresamente las construcciones de nueva planta.

La superficie construida ha superado con creces los límites establecidos, produciéndose una extralimitación de las condiciones establecidas en la autorización administrativa.

Se han realizado obras y actuaciones no amparadas por la  autorización concedida, consistentes en movimientos de tierra, y realizándose un aparcamiento, que ha sido objeto de denuncia por agentes de Medio Ambiente.

Además de la infracción urbanística y ambiental, concurre la circunstancia de haberse emitido informes técnicos y jurídicos, y de haberse dictado una resolución de autorización a sabiendas  de las falsedades documentales en que se basan, emitiendo pronunciamientos técnicos y jurídicos, y de estar dictando una resolución administrativa, que incurre en contradicción con la legalidad urbanística y ambiental y con las determinaciones de ordenación territorial y urbanística aplicables.

El promotor no es nuevo en la habilidad de sortear el marco de las leyes, pues le preceden actuaciones muy llamativas y de calado social por la contestación que tuvieron en su momento. Analizar la personalidad del empresario no es tarea fácil, o sí, pues a su ambición se suma a una personalidad singular, convincente en las distancias cortas, extraordinariamente convincente, y seguro de que su solvencia económica y sus relaciones al más bajo nivel, con técnicos y políticos, se antepondrán a ningún inconveniente de orden menor, como es el corsé con que las leyes, normas y ordenanzas obligan a todo ciudadano.

De sus actuaciones con dimensión pública, por notorias, cabe destacar su separación de la empresa familiar, por motivos no demostrados que propician una suerte de divorcio empresarial poco elegante que le deja literalmente forrado y enemistado con los suyos.

Su trayectoria, que va unida a acciones de profundo calado social, pues es pública su generosidad con sectores poco favorecidos, va pareja a una faceta que no vamos calificar más que de oscura y que son dos caras opuestas de una misma moneda. A  este empresario tinerfeño se deben algunos de los procesos vergonzosos relacionados con construcciones ilegales, que se suman a un modo de actuar que ha marcado esta isla como uno de los lugares más corruptos del país. Algunas de las actuaciones del propietario de la Bodega Stratus se señalan a continuación.

APARTOTEL FARIONES PLAYA

En los años ochenta se comienza a construir el Apartotel Los Fariones Playa, en una parcela colindante al señero hotel del mismo nombre con el que se inició en los años sesenta  el despegue turístico de Lanzarote.

De tres alturas autorizadas y autorizables, el empresario construye cuatro. Además del Ayuntamiento de Tías, la Comandancia Militar de Marina de Las Palmas fue otra de las instancias damnificadas por la construcción del Fariones Playa, dado que, según denunció en 1987, las obras se iniciaron en la antigua servidumbre de salvamento sin la debida autorización. Y por si fuera poco, la Dirección General de Costas incoa en 1990 un expediente sancionador contra la promotora, por invadir la zona de dominio público marítimo-terrestre y las zonas de servidumbre de tránsito y protección.

Sobre el Apartotel Fariones Playa pesó una sentencia firme de demolición en los años 80 del siglo XX que nunca llegó a ejecutarse, “por imposibilidad material de ejecución”. Fue amnistiado.

HOTEL SON BOU

El Ayuntamiento denegó la licencia y sólo ocho meses después la autorizó.

Entre otros incumplimientos, excede en más del doble la edificabilidad de la parcela prevista. La obra ejecutada en 2002 tiene un total de cinco plantas excediéndose en la altura permitida, que era de tres plantas.

HOTEL PRINCESA YAIZA

El Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) ha declarado nulas las licencias otorgadas por el Ayuntamiento lanzaroteño de Yaiza para construir (2002) el hotel de lujo Princesa Yaiza, del mismo empresario, uno de los 22 hoteles ilegales levantados entre 1998 y 2007.

Excede el límite máximo de la edificabilidad para uso turístico establecida en el PIOT De las tres plantas que podrían construirse en la parcela, realizó cinco.

El Proyecto de ejecución aumenta la superficie total construida en 7.173,63 metros cuadrados.

El hotel Princesa Yaiza, ilegal, habría recibido 4,09 millones de euros de fondos europeos para su construcción.

FINCA LAS SALINAS

Inmueble de notorios valores históricos, ha sido adquirido recientemente por el mismo conocido empresario. El ayuntamiento de Yaiza  paralizó este mismo año las obras que pretenden convertir la Finca Las Salinas en el nuevo hotel Stratus, por carecer de licencia. El Consistorio ha abierto un expediente de infracción urbanística, ya que las obras no contaban con permisos.

SUBVENCIONES

La sociedad BTL Lanzarote SL, propietaria, entre otras empresas, de la bodega Stratus, concurre a toda suerte de subvenciones, disfrutando, entre otras, de concesiones de ayudas de la Consejería de Agricultura del Gobierno de Canarias, o de la Dirección General de Investigación, Innovación y Sociedad de la Información, al menos entre  2008 y 2012, sin que aparentemente haya motivos de denegación.

MÁS PERLAS SOBRE STRATUS

Se emitieron informes de sentido desfavorable, y se formuló una propuesta técnica correcta y debidamente motivada de denegación de la autorización de construcción de almacén subterráneo, respecto de la cual se produjo un cambio de criterio (para autorizar) no justificado.

...Y mientras estas cuatro bodegas, que concentran dos tercios de la producción del  sector en Lanzarote, sólo encuentran problemas, las administraciones permiten “alguna sorprendente excepción”, en referencia a la citada Stratus, cuando a otras empresas no les dan ni “un permiso para cubrir depósitos de vino” en el exterior. “Y con la misma normativa, los mismos organismos, las mismas consejerías y los mismos funcionarios” (declaración de los bodegueros).

Presuntamente, se han cometido delitos de prevaricación (por la emisión de informes técnicos, de los que se sabía de su ilegalidad), así como de falsedad en documento público y contra la ordenación del territorio.

Se ha incurrido en falsedad documental, por hacer constar, supuestamente, datos falsos en la documentación técnica que sirvió de base a la solicitud de autorización y por incorporar, a informes técnicos, datos falsos.

Todo ello nos conduce a un enmarañado proceso que se inicia con una falsa solicitud que ocultaba la intención de una obra compleja que excedía la de la mera rehabilitación de un bien inexistente, y se realiza de esta manera porque, supuestamente, se conocen las limitaciones del suelo en que se pretende intervenir, y esta realidad parece, igualmente, de conocimiento de la propiedad, de su arquitecto, y de los técnicos que han intervenido en todo el proceso.

Una actuación ilegal aislada puede ser una debilidad, un error o una golfada. Una actuación ilegal pequeña, podría deberse a la picaresca. Una gran actuación ilegal, es, además de todo lo anterior, injustificable. Varias actuaciones, grandes, ilegales,  seguidas en el tiempo, cometidas por la misma persona, que, finalmente,  representan una forma de ir  por la vida, tiene varios modos de calificarse, y ninguno es bonito. Invito al pertinaz Chavanel o a los desnortados hermanos Coll a  que echen mano de algún calificativo para el jefe.  No lo encontrarán. Seguro. Dejarían de cobrar si lo hacen, y favor que harían a la gente decente que aún queda en la isla.