Las cláusulas suelo son unas condiciones incluidas en los préstamos hipotecarios por algunos bancos, como letra pequeña, por las que, aunque los intereses bajen y eso pueda beneficiar a quien paga las cuotas de su casa, la entidad bancaria se garantiza que sólo bajen hasta el límite que ellos mismos fijan. Cuando los intereses estaban altos, nadie se beneficiaba y a nadie perjudicaban estas cláusulas, pero cuando empezaron a bajar, la letra pequeña comenzó a hacerse grande.

Desde junio de 2013, una sentencia del Tribunal Supremo obliga a los bancos a devolver todo el dinero cobrado de forma indebida por las entidades bancarias aplicando esa cláusula, ya que no se informó debidamente a los clientes.

Las consecuencias para los bancos pueden ser aún peores, porque el próximo mes de julio, el abogado general del Tribunal de Justicia de la Unión Europea va a presentar un informe sobre la posible retroactividad de estas cláusulas, que puede concluir que no sólo hay que devolver lo cobrado de forma indebida desde 2013, sino todo lo que se ha cobrado irregularmente por estas cláusulas, siempre que se demuestre que son abusivas. El gasto para los bancos españoles puede superar los 7.000 millones de euros.

Los bancos, por lo tanto, no sólo están obligados a eliminar las cláusulas sino a devolver ese dinero a sus clientes, que adquieren un derecho. A pesar de esto, en Lanzarote, Banca March está instando a algunos de sus clientes con cláusulas de este tipo en su hipoteca a que firmen un documento que, en principio les beneficia, porque supone la eliminación de esa cláusula en cada hipoteca, pero que, en realidad les perjudica porque están renunciando a cobrar el dinero que les tienen que devolver desde junio de 2013.

Banca March convoca a sus clientes para firmar un anexo que elimina las cláusulas suelo pero que les hace renunciar a recuperar el dinero que les cobró de forma indebida desde 2013

El banco presenta a sus clientes un anexo con siete cláusulas, en el que se señala que han surgido discrepancias en cuanto a la aplicación del tipo de interés mínimo y que debido a esas discrepancias se ha llegado a un acuerdo para dejar sin efecto esa cláusula y dejar de aplicarla a partir de las siguientes cuotas de la firma del anexo.

En la cláusula IV se dice que el prestatario “manifiesta su conformidad con el acuerdo” y que no tiene “nada más que reclamar frente a Banca March en relación al préstamo de referencia”. La siguiente cláusula dice que “en relación a la cláusula suelo del préstamo indicado, ambas partes manifiestan que no tienen nada más que reclamarse mutuamente y renuncian a la interposición de demanda judicial o reclamación extrajudicial respecto al mismo”.

Así, algunos clientes están firmando este anexo como firmaron la hipoteca, sin leer o sin comprender del todo lo que firman, y lo que están haciendo es renunciar a un dinero que les pertenece y que puede ascender, durante estos últimos tres años, y si se trata de una hipoteca de unos 500 euros, a más de 3.000, o a mucho más dinero si la hipoteca es de una cuantía mayor.

Algunos de los clientes, que ya han firmado y se han dado cuenta de que ahora no pueden reclamar el dinero, han tenido que acudir de nuevo a los Juzgados

Fuentes legales consultadas por DiariodeLanzarote.com señalan que “no tiene ningún sentido que alguien renuncie a cobrar un dinero que ya le corresponde sin lograr ninguna ventaja, ya que el banco está obligado por ley a eliminar la cláusula suelo de todas formas”.

Algunos de estos clientes, que ya han firmado y se han dado cuenta de que ahora no pueden reclamar el dinero, han tenido que acudir de nuevo a los Juzgados para intentar demostrar que la aplicación de cláusulas abusivas sigue todavía vigente.