MEDIO AMBIENTE

La naturaleza confinada: avanza el chorlitejo pero también los escombros, las nasas y las trampas

Varias especies, como aves o cetáceos, han recuperado el terreno perdido, pero el confinamiento también ha traído mas escombros en espacios naturales, más nasas y trampas para animales

Saúl García 1 COMENTARIOS 11/06/2020 - 06:29

El pequeño islote rocoso que divide la playa de El Reducto luce desde hace unos días una cinta de precinto para que los bañistas no pisen su superficie. No se trata de un medida relacionada con la desescalada ni con el aforo de la playa. La cinta intenta proteger un nido de una pareja de chorlitejos patinegros que ha aprovechado el confinamiento y la ausencia de personas en la playa para formar una familia. Hacía años que este ave limícola, elegida ave del año 2019 por Seo Birdlife no anidaba en esta playa.

Después de dos meses de confinamiento, el medio ambiente, la fauna y la flora de la Isla, registran consecuencias positivas pero también negativas. El biólogo Domingo Concepción dice que también se han visto más parejas de lo habitual en otras zonas del litoral, que es donde cría el chorlitejo, como en las Salinas de Janubio, en Famara o en La Concha.

Concepción hizo un censo en 1970 en la playa de Los Pocillos y había 24 parejas, una cifra que no se ha vuelto a ver. Señala a la ausencia de personas, pero sobre todo de ruido y de contaminación, dos factores que influyen mucho, y suma otro: el peligro constante que suponen los perros en el litoral, porque en las zonas de marea detectan muy rápido los nidos del chorlitejo.

Para este biólogo, no se puede hablar de que hay habido un aumento general de las aves, aunque sí de una especie como el gorrión moruno. Los cuervos, que se han acostumbrado a depender del ser humano. también se han vuelto más atrevidos en Timanfaya, donde ha anidado un alcaudón junto a una de las pistas, un lugar habitualmente impracticable. Las aves, en definitiva, se han acercado más a los pueblos.

Así lo corrobora Carmen Portella, de Desert Wtach, un proyecto de voluntariado de conservación del hábitat del Jable. Dice que durante el confinamiento, el viento o el jable han borrado algunas pistas creadas por vehículos y que el confinamiento podía haber sido una bendición para nidificar pero que la falta de agua ha frenado en muchos casos esa posibilidad. La sequía ha influido más que el coronavirus.

Pero en el Jable hay otros problemas. José Goñi vive en medio de ese espacio natural y lidera varios proyectos, como Basuraleza o Huellas de la ignorancia, que denuncia la proliferación de residuos. Confirma que ha podido ver más aves pero también más escombros.

Hay personas que han aprovechado el confinamiento para hacer reformas en casa y que también han aprovechado para verter los escombros en el Jable “incluso escondidos detrás de unas aulagas”, dice. “Hay más escombros de lo normal”.

Goñi está preparando otro proyecto para identificar a quienes dejan esos escombros impunemente y ha pedido al Ayuntamiento de Teguise que les siga la pista. “La basura son datos, dice mucho de la persona que la tira”.

Antonio Félix Fernández preside la Nueva sociedad de cazadores y es guarda rural. Dice que hay más perdices, más conejos y más palomas y que han ido ocupando los lugares donde antes solo había presencia humana. Como respuesta ha detectado un aumento muy considerable de trampas y de venenos que ponen los dueños de las fincas para evitar que la cosecha la recojan estos animales.

También dice que hay cazadores que se han saltado la veda o que se han anticipado a la fecha de apertura de lso seis campos de adiestramiento: “La gente tiene poca paciencia”. Señala que la vigilancia es complicada por los pocos efectivos del Seprona, de agentes de medio ambiente del Cabildo y ellos mismos. La conclusión: “Estamos agobiados”.

La flora es más lenta

Jaime Gil, autor de Los cultivos tradicionales de la isla de Lanzarote, ente otros libros, señala que no ha advertido nada fuera de común en lo que se refiere a la flora, pero que las plantas “son más lentas en reaccionar”. El biólogo Rafael Paredes, fundador de la consultora Gabinete de Estudios Ambientales, que lleva a cabo la campaña de erradicación de la vinagrera en Timanfaya, dice que esa campaña ha seguido, con un ligero parón al principio.

Sobre posibles efectos sobre la vegetación, señala que la disminución del pisoteo puede ser un efecto positivo pero, por otro lado, destaca que el efecto negativo puede ser que las cabras del risco de Famara, que señala en una cien cabezas, habrán seguido esquilmando todo tipos de especies, algunos endemismos en peligro de extinción, aprovechando la ausencia de personas y que ese sigue siendo un problema que no se aborda cuando el risco es la gran joya botánica de biodiversidad de la Isla.

Dice que las cabras incluso se han adentrado en el Parque Nacional, y apunta que probablemente a las cabras se habrá sumado la proliferación de otra especie invasora como las cotorras o los efectos negativos de los gatos callejeros sobre otras especies. “No todos los aumentos on positivos”.

Paredes invita a ver las cosas desde otra perspectiva. Duda de que la presencia de especies haya aumentado tanto en las zonas urbanas pero sí cree que quien más ha cambiado es el habitante de las ciudades. “Muchos de estos actos de los animales no son inusuales, las aves urbanas suelen estar ahí pero en esta ocasión la gente ha estado en los balcones y se ha dedicado a observar a y a escuchar, con la ayuda del tiempo y del silencio. “Se ha incrementado la capacidad de observación”.

En el mar

Los cetáceos también se han acercado más a la costa, gracias a la reducción del ruido, un elemento que les molesta, por la disminución, a su vez, del tráfico marítimo. Lo confirman Rafa mesa, del club de buceo Pastinaca y Vidal Martín de la Sociedad para el Estudio de los Cetáceos en el Archipiélago Canario. Martín señala que se ha llegado a ver en Las Caletas una yubarta, una ballena jorobada difícil de ver y Mesa dice que se han podido cetáceos desde La Concha y El Cable a muy poca distancia de la costa.

Los efectos bajo el mar no están tan claros, pero también los hay negativos. En Arrecife y en Playa Chica se han visto nasas a veinte metros de profundidad en lugares donde no suele haber. Algunos pescadores, igual que otras especies, también han aprovechado la ausencia de personas para colonizar espacios. Además Mesa cree que el desconfinamiento ha sido “una bomba para el ecosistema”. “El otro día salíamos de una inmersión en Playa Chica con ocho o nueve plomos cada uno, todo el mundo se ha puesto a pescar como si fuera el fin del mundo”. De hecho, han aumentado las solicitudes de licencias de pesca en el Cabildo.

Finalmente. Mónica Pérez, de Ceamar, una organización que lleva a cabo proyectos de investigación, educación y divulgación para la conservación de las especies y de su hábitat, señala otra preocupación, como es la higienización de las playas, y recuerda que actividades como el movimiento de masas de arena o la utilización de determinadas sustancias requieren de estudios previos y autorización de la Dirección General de Costas.

“Las playas no son montañas de arena inerte más o menos acumulada sino sistemas ecológicos complejos, frágiles y dinámicos” que sirven de hábitat y refugio a multitud de organismos acuáticos y aves, muchas de ellas protegidas”, sentencia.

Comentarios

Gracias por el artículo. Aunque en esta isla la naturaleza importa poco, la mayoría es más de aparcar el coche encima del saladar, rodar montaña arriba/abajo con su motocross/Quads, duplicar carreteras, hacer nuevos hoteles o subir volcanes que sufrena presión humana, siendo destrozados, irreversiblemente, mediante miles de pisadas y creación de nuevos caminos... Vigilancia 0. Esa es la Biosfera de Lanzarote. Y luego vez la tele, a ciertos periodistas de lamelot, en un tal Café de nose qué, reírse de que en El Reducto se haya acotado una parte porque un "pajarito" haya decidido anidar ahí. Hasta ahí llega la ignorancia de esa gente.

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