El campo lanzaroteño se resigna ante una vendimia desastrosa
La viña de Lanzarote ha pasado de la abundancia a la escasez en apenas unos meses. De más de 3,7 millones de kilos recogidos en 2015, la cosecha más abundante en las últimas dos décadas, a la incertidumbre de una vendimia en la que las previsiones más optimistas apuntan a que se obtendrán de las parras menos de un 20 por ciento de lo recogido el año pasado. “Normalmente, el viticultor no vive solo de las viñas, si no ya hubiese abandonado”, destaca Rafael Morales, presidente del Consejo regulador de la denominación de origen de Lanzarote.
La causa de que este año Lanzarote sufra una vendimia pésima en cantidad es climática. “Hemos tenido un invierno caluroso y eso produjo que la floración de la parra se produjera rápido, pero en marzo hubo frío, lo que hizo que no saliera la uva”, explica Morales. No obstante, “la uva que entra en las bodegas es de buena calidad”, aclara. El problema es que es demasiado poca.
En 2014 se recogieron 2,7 millones de kilos de uva, controlados por el Consejo regulador, y se embotellaron 1,3 millones de litros. El año pasado se recogió un millón de kilos más y la producción de vino, aunque no se han actualizado los datos, tuvo una tendencia ascendente. A finales de agosto habían entrado en las bodegas apenas 144.000 kilos (107.200 de malvasía volcánica, 25.600 de listán blanco y 11.100 de listán negro).
Viticultores y bodegueros mencionan el antecedente de 2011, cuando se recogieron unos 716.000 kilos, pero tampoco es seguro que se alcance ni siquiera esa cifra. Ante la falta de materia prima, se estima que el precio medio de la uva se incremente a dos euros por kilo.
Una mala vendimia como la de este verano complica el futuro inmediato de las 13 bodegas industriales asentadas en la Isla y supone un varapalo para los esfuerzos por exportar los caldos lanzaroteños. A finales de la década pasada, siete de cada diez litros de vino lanzaroteño se consumían en la Isla. Ahora, prácticamente la mitad se vende en el exterior. La mayor parte sale al mercado regional, aunque se mantienen las puertas abiertas a la Península y a países extranjeros.
Las previsiones más optimistas apuntan a que se recogerá menos del 20% de la uva del año pasado, lo que genera desánimo en los viticultores y provoca serios problemas a las bodegas
“Al no haber una producción lineal se crean desajustes”, apunta el presidente del Consejo regulador. “Se hace una gran promoción para vender el vino, a escala nacional e internacional, pero ahora al no haber producción no se puede suministrar a los clientes y eso crea problemas”.
La otra consecuencia de una mala vendimia es el desánimo. El mayor reto al que se enfrenta el campo lanzaroteño es la profesionalización, que se antoja casi una utopía.
De los 48.964 trabajadores afiliados a la Seguridad Social en Lanzarote según el último registro, apenas 280 están vinculados a tareas agrícolas o ganaderas, menos de un 0,6 por ciento del total. Los datos oficiales evidencian que hay más empleadas del hogar (548) que trabajadores que se dedican en exclusiva al campo.
“Cuando entré en la presidencia del Consejo regulador mi esperanza era que las nuevas generaciones pudieran dedicarse al campo, pero es difícil que la gente se aventure si no es rentable y no hay atractivo económico”, indica Morales, que alerta de uno de los principales “riesgos”, que es el abandono del sector primario y su traducción, negativa, en el paisaje.
Rafael Morales, presidente del Consejo Regulador.
El sector reclama al Gobierno más ayudas
“No pretendemos que le quiten al plátano para dárselo a la uva, pero sí que se tenga en cuenta que los viticultores hacen un trabajo muy sacrificado, que mantienen el medio ambiente y el paisaje”, afirma el presidente del Consejo regulador del vino de Lanzarote.
Una mala vendimia como la de este verano complica el futuro inmediato de las 13 bodegas industriales asentadas en la Isla y supone un varapalo para los esfuerzos por exportar
En el último año llegaron a Canarias 202,6 millones de euros de la Unión Europea para fomentar la producción local en el sector primario. El plátano acapara 141,1 millones de euros de fondos europeos garantizados.
Las ayudas para mantener el cultivo de vides apenas suman 2,6 millones garantizados. Otros 4,9 millones tienen letra pequeña: la “financiación adicional” quedará condicionada “a la existencia de créditos presupuestarios” y a que la legislación nacional “permita realizar una convocatoria de subvenciones”.
Cada viticultor lanzaroteño percibe apenas 1.450 euros por hectárea, que pueden incrementarse a 1.650 si suscribe un seguro. “Hemos tenido reuniones con el Gobierno de Canarias”, señala Morales, que considera que se debería subvencionar al menos con “2.000 o 2.500 euros por hectárea”.
Comentarios
1 miseria agrícola Vie, 02/09/2016 - 12:39
2 Anónimo Vie, 02/09/2016 - 12:50
3 conejero Vie, 02/09/2016 - 12:57
4 bota a fumeiro Dom, 04/09/2016 - 10:35
5 morera Dom, 04/09/2016 - 10:36
6 Marea Dom, 04/09/2016 - 12:18
7 vicino Dom, 11/09/2016 - 12:57
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