El Archipiélago Chinijo necesita casi dos millones de euros para su conservación
En el Archipiélago Chinijo y Famara se superponen figuras de protección medioambiental, pero para la conservación de uno de los espacios de mayor riqueza natural de Canarias no basta. La Consejería regional de Medio Ambiente está tramitando el Plan de la Zona de Especial Conservación (ZEC) del Archipiélago Chinijo, que también es Parque Natural, y plantea una serie de medidas para proteger y mejorar el estado de los hábitats naturales y las especies de interés comunitario que requiere de una inversión superior a los 1,7 millones de euros en los próximos seis años.
El Archipiélago Chinijo está integrado en la Red Natura 2000, que engloba espacios que tienen que ser conservados por su biodiversidad en la Unión Europea. Sin embargo, hasta ahora no se han programado medidas de conservación que eviten el deterioro de los hábitats naturales y de la fauna y flora silvestres, como sentenció el Tribunal de Justicia de las comunidades europeas hace cuatro años.
En el diagnóstico que efectúa la Consejería regional de Medio Ambiente sobre la Zona de Especial Conservación del Archipiélago Chinijo destaca la situación “desfavorable” de dos especies: la Caralluma burchardii, también conocida como ‘cuernúa’ o diente de perro, y la Convolvulus lopezsocasi o ‘corregüelón de Famara’.
En el caso de la ‘cuernúa’ se estima que quedan apenas 94 ejemplares, “de los que uno solo se encuentra localizado en Alegranza, 14 en La Graciosa y 79 en Lanzarote”. En anteriores estudios se llegó a estimar la existencia de entre 519 y 1058 individuos, “por lo que el actual tamaño de población supone una importante disminución”.
Hay serios problemas de conservación de dos especies: la ‘cuernúa’ o diente de perro y el ‘corregüelón de Famara’
En cuanto al ‘corregüelón de Famara’, el último estudio disponible apunta a una población de unos 280 ejemplares frente a los “entre 6.000 y 12.000” que se han llegado a estimar, lo que evidencia una drástica pérdida de la presencia de esta especie vegetal. Entre las causas, Medio Ambiente señala la “presión” de animales herbívoros.
El Plan de la Zona de Especial Conservación del Archipiélago Chinijo, que complementa al planeamiento insular y municipal en materia de medio ambiente, recoge como condiciones generales evitar “alteraciones del relieve original del terreno”, como los “movimientos de tierra”, así como “la apertura de nuevas pistas” o “senderos, acondicionando los existentes”.
En el programa de medidas sobresale la eliminación de “flora exótica”, la conservación de las especies en mayor peligro, como las citadas, y el control del ganado salvaje, con campañas de concienciación sobre los “daños” que produce “sobre los hábitats naturales y sobre las especies” que están dentro de la Zona de Especial Conservación.
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