El ingeniero Jorge Morales de Labra (jorpow.com) se ha convertido en una de las voces más autorizadas y más insistentes sobre la necesidad de un cambio de modelo energético. Asesora al Consorcio del Agua de Lanzarote para el desarrollo de parques eólicos.

- Desde hace años se oye hablar de la instalación de parques eólicos pero los proyectos no terminan de arrancar. ¿Por qué?

- Arrancar está arrancando pero no culmina. Hay muchas iniciativas en marcha. El análisis es muy sencillo: hay un problema burocrático tremendo, no hay ningún otro problema. La responsabilidad es únicamente de los políticos. Hay muchos niveles de decisión para instalar un parque eólico. Canarias es el paraíso de las renovables y no hay problemas técnicos, sólo hay problemas con el papeleo.

- ¿Los que perdieron el concurso también tienen posibilidad de instalar parques?

- Es paradójico que los parques que perdieron el concurso estén más avanzados que los que ganaron. El problema, que es general en España, es que si se tarda en tramitar un parque cinco años cuando se construye en menos de un año, lo que más vale son los papeles y se convierte en una carrera por los papeles. Hay un decreto del Gobierno de Canarias que les abre la puerta. No será el que llegue primero el que produzca más pero podría haber conflictos porque se pueden restar rentabilidad. Imaginemos dos parques que están en sitios diferentes. No puede haber un problema de red porque si cabe uno cabe otro, según la ley, en un mismo punto de conexión. Red Eléctrica (REE) no puede decirle a otro parque que no cabe, pero los dos a la vez no pueden funcionar, así que REE le dice a uno que entra hoy y el otro mañana, lo cual es absurdo.

- ¿La red no puede asumir los dos?

- A lo mejor, pero si hay capacidad de conexión para un parque y se desarrollan los dos, se pueden desarrollar pero se pisan. Al final sería un desastre porque producen a medias. En la práctica el segundo no se llevaría a cabo porque nadie va a hacer un parque para producir la mitad de horas del año. Al no eliminar a los que no han ganado el concurso, en la práctica el negocio es para el primero que llegue. Después está el problema de cuánto van a cobrar. Hay un Real Decreto del Gobierno central que establece unas condiciones muy particulares para un bloque de parques que ganarían concursos. Ahí el que llega primero se queda con la retribución, que puede ser para el que perdió el concurso.

- Así que el concurso no ha servido de nada.

- Efectivamente. Y hay una cuestión clave: para ganar el concurso había que dar el nueve por ciento de los beneficios a entidades locales. Eso, los otros parques no lo tienen que hacer, los que se acogen al nuevo Decreto.

“El Archipiélago está en una situación que en Europa se considera de pobreza energética, porque gasta más del diez por ciento de sus ingresos en la compra de energía”

- ¿Por qué limitarse a sacar a concurso 37 megavatios y no el doble?

- Eso es lo que se ha tratado de hacer ahora. Estoy de acuerdo con esta nueva normativa, porque además los concursos son una fuente de corrupción clarísima. El problema no es que se haga sin concurso, sino que no se respeta la adjudicación. Que yo sepa, Lanzarote puede asumir más megavatios, pero esa decisión la tiene que dar REE, y es un asunto técnico que va cambiando. La Plataforma por un nuevo modelo energético pone el acento en que no sólo es necesario el desarrollo de la energía renovable sino también el de un modelo más democrático y menos centralizado de producción.

- Los parques no encajan del todo en este modelo.

- Depende del capital de la sociedad. La isla de Samso, en Dinamarca ha hecho una cooperativa con los vecinos que han querido entrar para participar en un gran parque eólico. Eso es energía socializada.

- Aquí se ha presentado una cooperativa que pretende hacer algo similar. ¿Qué le parece?

- Yo fui, en cierto modo, uno de los promotores, así que mira si lo veo bien. Las ventajas del modelo distribuido son innegables, pero son dos principalmente: disminuir el poder de las grandes corporaciones y una ventaja técnica, al haber más puntos de producción, la red es más fuerte. Si ahora hay un problema en Punta Grande se va la luz en la Isla. Aporta seguridad al sistema y permite que cada uno tome la decisión de qué energía quiere sin depender del Gobierno. Los parques eólicos aportan ventajas pero el modelo final debe ser con instalaciones grandes y pequeñas.

- ¿Sería posible a corto plazo que la industria de la Isla, los hoteles, fueran autosuficientes energéticamente?

- Técnicamente es posible, pero administrativamente es un infierno. Las trabas administrativas disuaden a la gente.

- El sobrecoste eléctrico de Lanzarote y Fuerteventura es de unos 170 millones de euros al año, que aporta al Estado. Esto sí que es un sistema insostenible...

- Claro. El Archipiélago está en una situación que en Europa se considera de pobreza energética, porque gasta más del diez por ciento de sus ingresos en la compra de energía. Lo que pasa es que el Gobierno central evita que los habitantes de las islas tengan que pagar esos recibos, pero de tener que pagarlos sería inasumible.

“Las ventajas del modelo distribuido son innegables: disminuir el poder de las grandes corporaciones y una ventaja técnica, al haber más puntos de producción, la red es más fuerte”

- ¿Nos estafan las compañías eléctricas con la factura de la luz?

- Estafa no sé, pero sí hay falta de transparencia porque hay que saber a dónde va cada euro que se paga en la factura de la luz, porque estamos pagando cosas que si las conociéramos no estaríamos dispuestos a pagar.

- ¿Reforzar las líneas de alta tensión o unir Gran Canaria y Fuerteventura es positivo?

- Es gris, ni blanco ni negro. Las energías más baratas son la eólica y la fotovoltaica, sin duda, pero no siempre hay sol y viento. Para cubrir ese déficit se pueden hacer dos cosas: utilizar otras fuentes de energía que permitan gestionarla o poner baterías, almacenar. Cuanto más grande es el sistema, menos problemas tienes. Aumentar de tamaño es bueno, pero las líneas tienen un coste económico social y medioambiental ¿Hasta qué punto merece la pena hacer esto? Pues yo echo de menos un estudio serio de los costes de cada una de estas infraestructuras y los beneficios que va a dar, porque a lo mejor son más rentables unas baterías en lugar de unas líneas. Exijo transparencia porque se presentan los proyectos y no se conocen los números. A lo mejor la línea de alta tensión es la mejor opción pero no sabemos las alternativas.

- Si hay voluntad política, ¿cuánto se puede tardar en ver un nuevo parque eólico?

- Con voluntad política, inmediatamente. Las instalaciones fotovoltaicas se construyen en meses, pero si necesitas diez años para mover los papeles... No es suficiente con la voluntad política del Cabildo, que parece que es clara pero no suficiente. También haría falta el Gobierno de Canarias, el de España, Puertos, Aena, los ayuntamientos…