Vanessa Ruiz es magistrada de la Corte de apelación de Washington. Este jueves presentó en Lanzarote, junto a la decana del Partido Judicial de Arrecife, Gloria Poyatos, la Asociación Internacional de Mujeres Juezas (IAWJ), que tiene 4.600 socias en 75 países y que va a contar con una sección española. Entre los objetivos principales de la asociación está el de luchar por el acceso a la Justicia en igualdad de todas las niñas y mujeres del mundo.

- Uno de los objetivos principales de sus asociación es velar por los derechos de las niñas y las mujeres. Gran parte de los delitos contra las mujeres son contra la libertad sexual o de violencia de género. ¿Pretenden influir en las legislaciones nacionales o piden que algunos de estos delitos se puedan perseguir internacionalmente?

- La legislación es nacional, pero hay jurisprudencia de tribunales internacionales de que la violación sexual en conflictos es un crimen contra la humanidad, pero eso es una escala diferente a lo que bregan los jueces, que son casos individuales.

- En España se han creado Juzgados especializados en violencia de género y no se logra terminar con el problema...

- Es un problema social, y tiene mucho que ver con la educación. Hasta hace poco era una cosa escondida, dentro del ámbito familiar, incluso la víctima se siente avergonzada de ser víctima o sufre una devaluación de su autoestima. Es un problema muy complejo que existe en todos los países y en todos los niveles económicos y de educación. Los tribunales pueden bregar con parte del problema, pero es importante saber qué tipo de sentencia es la apropiada para cada delito.

- En su asociación se reúnen juezas que conocen la realidad judicial de muchos países. ¿La mujer, en líneas generales, tiene una dificultad añadida para acceder a una justicia equitativa y gratuita?

- Sin duda alguna. Las mujeres, en general, son más vulnerables en todos los países. En aquellos donde el sistema de justicia no es fuerte, las mujeres tienen aún menos acceso porque tienen menos poder y prestigio. Y al igual que los pobres, sufren más.

- ¿La situación se iguala en los países occidentales?

- Se está mejorando la situación, y que haya juezas es un paso muy importante. Ayuda a entender mejor los matices de los problemas de las mujeres, y también da más confianza para que algunas mujeres denuncien, que haya mujeres juezas.

“En aquellos donde el sistema de justicia no es fuerte, las mujeres tiene aún menos acceso porque tienen menos poder y prestigio”

- Hay muchas mujeres en la judicatura pero no tantas en los altos tribunales...

- Eso pasa en muchos países. Donde el prestigio de los jueces es más alto, es más difícil que haya mujeres en posiciones altas.

- ¿Cambiaría algo si hubiera más mujeres en esos tribunales?

- Todos los jueces tienen la responsabilidad de aplicar la ley, sean hombres o mujeres, y todos somos seres humanos distintos. En los tribunales apelativos, donde se decide de forma colegiada, es muy importante que haya una diversidad de perspectivas: eso enriquece la conversación. Que haya una mujer, o más de una, porque es difícil ser sólo uno... de lo que sea. Si eres la única mujer todos van a pensar que estás representando a las mujeres, pero mi responsabilidad no es esa, es aplicar una sentencia que sea justa. Nadie espera que los hombres representen a los hombres. Que haya mujeres hace que la conversación judicial sea diferente, porque se trae otra perspectiva.

- ¿Se puede decir que hay una forma femenina de administrar justicia?

- Sí, precisamente porque las mujeres han estado marginadas tanto tiempo, sin acceso al poder, tenemos más conciencia de que hay otras personas que siguen en esa situación. Pueden ser mujeres u hombres, pero las mujeres, no es que sea un sensibilidad femenina, pero hay una conciencia de lo que es estar excluido, y pueden estar más pendientes de esa situación, de las personas que más necesitan el acceso a la Justicia.

“En los países donde el prestigio de los jueces es mayor, es más difícil que haya mujeres en posiciones altas”

- Aunque sea generalizando, ¿la mujer tiende a proteger a los más desfavorecidos?

- Yo diría que las mujeres que se asocian a este tipo de asociación, sí. No todas se asocian, no podemos generalizar.

- En muchas ocasiones, de las mujeres de negocios que acceden a puestos de responsabilidad, se dice que se comportan como hombres. ¿Pasa lo mismo en la judicatura?

- Había un tiempo en que sí. Muchas mujeres que lograban puestos altos, o no se casaban o no tenían hijos porque se pensaba que era incompatible. Eso ya no se ve tanto. Hay mujeres que llegan muy alto con su familia, pero necesitan apoyo, también de sus maridos No conozco de ninguna mujer que haya llegado a ese tipo de posición, que tenga familia, que no tenga un marido maravilloso.

- Usted es mujer y es latina (de Puerto Rico). Tiene la sensación de haber tenido que esforzarse el doble para llegar donde ha llegado?

- Yo siempre me esfuerzo, nunca doy nada por perdido. Lo que sientes es que estás bajo una lupa y tienes cuidado de no cometer errores. No de no arriesgar sino de asegurarse de que en cada actuación uno está muy preparado.